martes, 10 de noviembre de 2015

2. EL CANTAR DEL MÍO CID, CANTAR DE GESTA


Explicación: ojo! puedo poner una de las tres partes en las que se divide.

EL CANTAR DEL MÍO CID

Es el cantar mejor conservado de todos los cantares de gesta españoles. Consta de 3730 versos y nos ha llegado en una copia del siglo XIII (s. XIV según algunos estudiosos). El códice viene firmado por Per Abbat (1207), pero éste fue un copista y no el verdadero autor del cantar. Por tanto, el cantar de Mio Cid es un poema anónimo.


1.  El Cid personaje histórico

Rodrigo Díaz de Vivar (1046-1099) fue un jefe militar al servicio de varios reyes cristianos y musulmanes durante el proceso de reconquista cristiana. En la época que vivió el Cid (palabra que viene de Sidi =el señor en árabe), los reinos cristianos del norte se habían hecho ya muy poderosos y cobraban “parias” o impuestos a la mayoría de los reinos musulmanes del sur.
El Cid fue primero el general de confianza del rey Sancho II de Castilla, y cuando esté murió pasó al servicio de su sucesor, Alfonso VI. Sin embargo las relaciones con éste fueron conflictivas y al poco tiempo fue desterrado (o expulsado) de Castilla.
El cantar se inicia con el destierro  del Cid. En la historia real el Cid se trasladó a la zona de Zaragoza y luchó al servicio del rey moro  del lugar (esto claro, no lo refleja el cantar). Lo que si aparece en el cantar es la etapa final del Cid en la que consigue reunir un ejército fuerte y asalta el reino musulmán de  Valencia. Tanto en la historia real, como en el Cantar, el Cid consigue recuperar Valencia y se hace nombrar príncipe de la región. Tiene que defenderla de los ataques almorávides, hasta que desgraciadamente en una de las batallas muere (1099). Su mujer, Jimena, logra defender Valencia hasta 1102, cuando es de nuevo recuperada por los musulmanes.

2.  Resumen

El Cantar ha sido dividido por Menéndez Pidal en 3 partes:

– Cantar del Destierro
– Cantar de las Bodas
– Cantar de la Afrenta de Corpes

Primera Parte (versos 1- 1085). Cantar del destierro
El Cid vuelve a Castilla después de cobrarle los impuestos o parias al rey moro de Sevilla. Sin embargo, varios cortesanos enemigos del Cid lo acusan de quedarse con parte del dinero y convencen al rey para que lo expulse.
El Cid acepta la orden y con unos pocos seguidores (110 soldados)  inicia el camino para salir del reino. Tiene que irse sin su mujer ni sus dos hijas a las que promete buscar cuando esté establecido. Además, el rey prohíbe que nadie pueda ayudarle en su viaje  al exilio, ni con comida ni con alojamiento.
Continua su viaje por la zona de Toledo, y a cada paso va venciendo batallas a los musulmanes y consiguiendo que más soldados cristianos se unan a su ejército. Las batallas son descritas con mucho realismo, con detalles sangrientos que acercan al héroe a la realidad de la dureza de la guerra y no es tan idealista como otras narraciones épicas.
El Cid lucha por la defensa de la cristiandad y por dinero. Lo que gana en las batallas es repartido entre sus soldados, por eso aumenta cada vez más su popularidad entre el pueblo. También envía siempre una parte al rey de Castilla por respeto y con la esperanza de que le perdone (aunque en realidad él no hizo nada malo).
El Cid no deja de ganar batallas y recuperar territorios. Al final del primer cantar su ejército está a las puertas de la rica Valencia.

Segunda Parte (1085- 2077): Cantar de las Bodas
Se dice que el Cid pasa tres años reconquistando territorios del reino de Valencia hasta que finalmente (verso 1170 en adelante) ataca la ciudad de Valencia. Logra reconquistarla y ganar un gran botín (el cantar siempre especifica lo que ganan en cada conquista, un aspecto más del realismo de los cantares de gesta españoles).
Los Almorávides intentan reconquistarla pero son vencidos por el Cid. Finalmente, y tras numerosos regalos, el rey perdona al Cid, reconociendo así su lealtad y valor al reconquistar tantos territorios. De este modo el Cid recupera el honor que había perdido al ser desterrado. Como muestra de amistad, el rey ofrece a las hijas del Cid el matrimonio con los Infantes (príncipes) de Carrión.

 Tercera Parte (2078- 3730: La afrenta de Corpes
Desde el primer momento, los Infantes de Carrión (ya casados con las hijas del Cid) son presentados como cobardes y no merecedores de formar parte de la familia del héroe. Son ridiculizados cuando un león se escapa en el Palacio del Cid. El miedo de los infantes de Carrión contrasta con el valor del Cid que coge al león por el cuello como si fuera un perrito y lo vuelve a meter en la jaula (ésta es una de esas escasas partes más fantasiosas o exageradas de la obra). También son ridiculizados en las batallas.
Como consecuencia del ridículo, lo Infantes se vengan cobardemente maltratando y dejando abandonadas en medio del bosque de Corpes a las hijas del Cid.
El Cid busca venganza y recuperar de nuevo el honor de la familia. Piden justicia al rey que convoca un torneo (al estilo medieval) donde se enfrentan los infantes con dos de los hombres de confianza del Cid (él no puede luchar porque los ofensores no están a su altura). Vencen los hombres del Cid, se restituye el orden y el rey, finalmente, como compensación anula los matrimonios anteriores y casa de nuevo a las hijas del Cid con los infantes de Navarra y Aragón por lo que el Cid pasa a emparentar con los reyes de España.  

3. Personajes
El Cid, Rodrigo Díaz de Vivar.  El héroe, un hombre valiente, justo, buen cristiano y generoso que siempre reparte lo ganado entre sus soldados. Además, aunque el rey se porta mal, él siempre le tiene respeto. Su modelo de comportamiento se guía por la Mesina, cualidad de los grandes hombres que consiste en mostrar templanza, equilibrio, carácter y resignación.
Doña Jimena, su mujer que estoicamente sabe sufrir la adversidad de su marido y tiene la paciencia y el tesón necesarios para apoyar al héroe en la recuperación del honor perdido.
Sol y Elvira, las hijas del Cid, tienen un papel secundario, en ellas vemos reflejado el lado mas familiar y humano del Cid. En ocasiones les hace acompañar a la batalla para que vean como su padre se gana el pan; es decir, comprendan su forma de vida en la guerra.
Alfonso VI, rey de Castilla, es injusto con en héroe al desterrarlo y se equivoca de nuevo al casar a sus hijas con los infantes de Carrión. Al final de la obra (como si se tratara de un rey del teatro barroco) recompensa debidamente al héroe al casar a sus hijas con los infantes de Navarra y Aragón, y al permitir, por medio del torneo, que el Cid se vengue de los infantes de Carrión y recupere el honor de la familia.
Los Infantes de Carrión, personajes inventados para contrastar su miedo con el valor del héroe y de paso para atacar a la nobleza leonesa siempre estigmatizada en la obra.
El resto de personajes destacados son algunos soldados de confianza del Cid como Alvar Fañez o Minaya. Luego están los moros, los enemigos, aunque no todos ellos lo son, el cantar no es excesivamente maniqueo en este aspecto.
Hay decenas de personajes en el cantar y casi todos conservan sus nombres reales, excepto los Infantes de Carrión, que no existieron y las hijas del Cid que se llamaban en realidad Cristina y María.



4. Historicidad

Los cantares de gesta españoles se han caracterizado por ser más realistas que los de otros países europeos como Francia, Inglaterra o Alemania. Los hechos suelen ajustarse bastante a la realidad y casi nunca aparecen seres fantásticos o mitológicos ni acciones en exceso increíbles.
En el cantar de Mío Cid también todo esto es historia novelada aunque el cantar no narra siempre como ocurrieron los hechos en realidad (no es una obra histórica, claro), pero se ajusta mucho a la verdad.

   Hechos reales son:

a) El destierro del Cid dictado por el Rey Alfonso VI, pero con matices pues las razones del destierro no fueron exactamente las que se citan en el cantar, y el Cid fue expulsado dos veces de Castilla (en 1081 y 1089) y no una como aparece en el cantar.
b) También tienen correspondencia con la realidad histórica de la vida del Cid la mayor parte de las conquistas que va haciendo en su recorrido como desterrado o que el conde de Barcelona fue hecho prisionero por el Cid (pero en dos ocasiones y no sólo una como relata el cantar).
c) Y por supuesto la conquista final de la ciudad de Valencia (aunque en la realidad histórica se realizó en poco más de un año y según el cantar en más de tres).
   Ficción. Junto a los sucesos históricos se mezclan en el cantar episodios puramente novelescos como:
a) El matrimonio de las hijas del Cid con los infantes de Carrión.
b) El episodio de la afrenta de Corpes
c) Puramente novelesco es el episodio del león escapado en la corte de Valencia (la motivación de esta aventura es la de ridiculizar  la cobardía de los infantes, en contraste con el valor del Cid)
d) Novelescos son también, por último, los episodios de la niña de nueve años que aparece en el cantar del destierro; el engaño a los “judíos” Midas y Raquel y por último, el matrimonio de las hijas del Cid con los herederos de los reyes de Navarra y Aragón.

4.2. Temas del cantar

La recuperación del honor por parte del héroe es el tema principal de la obra. Además de ser el tema principal sirve para estructurar el contenido del cantar. Tradicionalmente se ha dicho que su contenido se distribuye en forma de “W” porque el héroe pierde y recupera el honor dos veces.
Es decir, se inicia el cantar con el descenso del Cid desde la cumbre social en que se encontraba a la humillación del destierro (primer tramo de bajada de la W). Durante todo el cantar primero se dedica a batallear y lograr méritos para recuperar el honor perdido y alcanzar el perdón del rey, cosa que consigue en el cantar segundo. De nuevo en la cima pública es deshonrado por los infantes de Carrión que maltratan a sus hijas y , una vez más consigue recuperar el honor al final del poema venciendo en duelo a los infantes y casando a sus hijas con los príncipes de Navarra y Aragón.
Como vemos el tema del honor ocupa todo el poema, aunque no se trata siempre del mismo tipo de honor: al principio pierde el honor social, como personaje público y cuando logra recuperarlo se ve deshonrado otra vez pero en el ámbito familiar. En ambos casos sale victorioso.  
Otros temas:
   El amor familiar, son numerosas las ocasiones en que el héroe echa de menos a su familia y lucha para reunirla y cuidar de su bienestar.
   El respeto a las leyes tanto las divinas como las humanas.
   La propaganda de la guerra como medio de ascenso social. En el poema son constantes las referencias a las cantidades de dinero y otras riquezas que conseguía el ejército del Cid cada vez que derrotaban a sus enemigos. Es razonable pensar que estos relatos buscaban llamar la atención entre los jóvenes del auditorio para que se alistaran en el ejército.  
   La propaganda del monasterio de San Pedro de Cardeña donde fue enterrado el Cid. De este modo, el cantar tendría también la finalidad de atraer peregrinos y limosnas para Cardeña.

5. Métrica
El cantar está formado por versos de extensión variable con cesura que los divide en dos hemistiquios. La medida de los versos varía pero más de la mitad tienen entre 14 y 16 sílabas. La rima es asonante aunque con irregularidades también.
Los versos se agrupan en tiradas de extensión variable que puede ir desde unos pocos versos hasta las mas largas de alrededor de cien versos. Normalmente las tiradas o conjunto de versos se corresponden con unidades de contenido. 







6. Técnicas y estilo
El estilo es sencillo para facilitar la narración pero hay también bellas imágenes y metáforas de tono lírico para llamar la atención y conmover al  público.
Entre las técnicas narrativas y recursos retóricos más utilizados destacan:
   El contraste tanto en el carácter de los personajes como en las situaciones
   El paralelismo
   La metonimia y la metáfora
   Construcciones geminadas que dan color y precisión a las explicaciones (“sin túnicas de piel ni mantos”; “Alvar Fánez, valiente lanza”; “por mí dejáis casas y heredades” “habló mio Cid bien y muy mesurado”). En el fondo esto se relaciona con un recurso que se repite a lo largo  del cantar que es la repetición.

   Las frases sencillas, con una mayoría de construcciones coordinadas frente a la escasez de subordinadas.
   Muchos arcaismos y léxico jurídico.
Otro de los rasgos característicos del cantar de Mío Cid como del resto de cantares de gesta es el empleo de frases formula. Se trata de construcciones fijas y esteriotipadas que emplea el juglar para completar un verso cuando lo ha olvidado o tomar aire para recordar el verso siguiente. Ejemplos:
metió mano al espada
Aguijó el Cid su caballo
Otro recurso llamativo de la obra es el empleo de los epítetos épicos que son construcciones fijas que sirven para adjetivar positivamente al héroe y también a sus amigos o al propio rey (nunca se emplea para caracterizar a los enemigos):
“Dios que buen vasallo si tuviese buen señor”; “campeador que en buena hora ciño espada” ;“campeador que en buena hora fuiste nacido”; “el que en buena hora nació”; “el de la luenga barba”;  “el buen campeador”

 7. Motivaciones del autor

La obra tiene una fuerte intencionalidad de propaganda en un momento histórico en que era necesario reclutar soldados en la lucha contra los moros. La única copia que poseemos es  de 1207, por aquellos años Alfonso VIII de Castilla preparaba una gran ofensiva contra los Almohades que finalizó en la victoria de las Navas de Tolosa (1212). Parece bastante normal pensar que el autor del cantar, tanto originalmente en su difusión oral como en la época en que fue redactado,  tratara de motivar a los castellanos para que se unieran al ejército del Rey en la lucha contra los musulmanes. Por eso se destacan tanto las acciones heroicas y las riquezas que conseguían los soldados del Cid en la guerra.
Todos los cantares de gesta castellanos tienen en el fondo la misma intención propagandística de reafirmar una identidad nacional que estaba formándose.



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